Una de las experiencias más gratificantes de recibir cientos de visitantes cada semana es comprobar la impresión que nuestra ciudad despierta en ellos. Nosotros somos unos enamorados de Zaragoza, y muchas veces nuestra mirada es parcial. Por eso llena de satisfacción cuando alguien que nos visita nos redescubre un detalle de nuestra ciudad que por cotidiano damos por supuesto pero que es excepcional.
Los recepcionistas nos enteramos de que un escritor estadounidense de Seattle llamado Stephen Steinberg, que estaba trabajando en su nuevo libro, venía al Hotel Sauce a pasar dos semanas. Empezamos a imaginar las razones por las cuáles podría haber venido a la ciudad: “Tal vez esté escribiendo una novela épica sobre las batallas entre árabes y el Reino de Castilla”, dijo Giuseppe. “O una historia de amor entre un rey musulmán y una princesa cristiana llena de encuentros secretos en los pasadizos ocultos de los castillos”, dijo Saray;
Nos pusimos a investigar un poco en internet y descubrimos que Stephen Steinberg había venido… ¡a escribir sobre béisbol! ¿Qué hace un escritor de béisbol estadounidense en Zaragoza? Definitivamente, necesitábamos sentarnos un rato en Mi Habitación Favorita con él para averiguarlo.
Llegaron al mostrador de recepción con una sonrisa de oreja a oreja que en pocos segundos se nos contagió tanto a nosotros, los recepcionistas, como a los otros huéspedes que pasaban por allí. No nos había dado aún tiempo de preguntarles por qué venían tan contentos cuando nos explicaron, impacientes e ilusionados, que venían a Zaragoza al concierto de la banda de rock de su hijo: Carroña. Eso explicaba su atavío, -las camisetas con el nombre de la banda- y la enorme pegatina, también con el logo del conjunto, en la parte trasera de su coche, que detectamos cuando los acompañamos al garaje.
El deporte profesional nos ofrece en ocasiones historias que trascienden la propia competición. Nuestro invitado de esta edición de entrevistas lo sabe bien. De entre todos los deportistas que, tras colgar las botas, se dedican a comentar partidos en televisión o en radio, nuestro amigo es sin duda uno de los más especiales.
Su historia comienza en una eliminatoria de Copa del Rey entre un Numancia en segunda división B y el todopoderoso F.C. Barcelona. Armado con una videocámara nos mostró el puno de vista de un futbolista modesto que un día, como Cenicienta, acude invitado al baile en el mejor escenario posible. Su desparpajo y su gracia nos conquistó a todos y hoy ejerce como comentarista deportivo en varios medios. Tenemos el placer de presentaros a Raúl Ruiz.