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Viaje a los orígenes: Entrevista con Mariana Collado

Nuestra invitada de esta edición de Entrevistas es una artista de raza. Una bailaora flamenca que ha llevado su arte por medio mundo y que ha trabajado con las mejores compañías. Sin embargo, no nos visitó con motivo de un espectáculo. Nos confiesa apenada que no ha podido actuar todavía en Zaragoza.

El motivo de su visita fue más personal y, si cabe, más interesante. Vino a conocer el pueblo de sus ancestros. El lugar donde nació y pasó su infancia su madre. Un viaje extraordinario y emocionante desde los tablaos de Andalucía a las cuencas mineras turolenses. Hablamos de todo ello, y, naturalmente, de flamenco. Tenemos el placer de presentaros a Mariana Collado.

¿Cómo decidió dedicarse al flamenco?

Desde muy pequeña empecé a estudiar en el conservatorio de Almería y poco a poco descubrí un mundo que me apasionaba. Cuando terminé el conservatorio tenía claro que quería dedicarme al mundo de la danza. Y lo que marcó totalmente esta decisión fue una profesora que tenía que se llamaba Isabel, con la que pude compartir muy poco pero lo necesario para enseñarme a amar en cuerpo y alma esta profesión, a respetarla y a sacrificar tu vida por este arte tan hermoso. Digo que pude compartir con ella muy poco porque Isabel murió muy joven de un cáncer y no pude disfrutarla como habría deseado.

Ella fue mi primera profesora, pero no en el conservatorio, sino en una escuela de mi barrio donde yo me perfeccionaba y me preparaba todos los veranos para el año siguiente. La primera vez que di clases con ella me impresionó muchísimo su energía y su intensidad. Creo que eso fue lo que me quedó claro, quiero tener ese brillo en los ojos mientras hago lo que me gusta.

¿Ha practicado otras disciplinas dentro de la danza?

He tomado muchas clases de danza contemporánea y algo de teatro. Dentro de la carrera del conservatorio teníamos varias disciplinas: danza clásica, escuela bolera, danza estilizada, danza regional y flamenco.

Nos ha llamado la atención su participación en un un film del neozelandés Charles Olsen. ¿Cómo se ve el flamenco desde las antípodas?

Pues no tengo ni idea. Con Charles Olsen hice una colaboración junto con otras dos compañeras para dar movimiento a un concepto que él había creado para un corto que presentó dentro de un festival. Y la verdad es que para nosotras fue algo más práctico que sensorial. Intentar plasmar las ideas abstractas de un fotógrafo es muy complicado; pero a la vez hermoso.

Ha desarrollado buena parte de su carrera en Madrid, ¿Es quizá la ciudad con más tradición y oferta flamenca fuera de Andalucía?

Con más tradición no, con más oferta si. Madrid es una ciudad maravillosa que tiene la capacidad de acoger a todo el mundo. Es el centro de todo, donde hay más tablaos, compañías, espacios escénicos y donde creo que tienes más posibilidades de experimentar sin que nadie te juzgue. Existen muy buenas escuelas de flamenco donde imparten clases profesores muy buenos. Y por esa regla tienes más oportunidades de tener una buena formación.

Pero Sevilla también es un lugar donde hay muchas oportunidades de trabajo y formación; porque hay muy buenos tablaos y compañías y muchas escuelas donde hay un buen nivel. Granada también es un lugar emblemático, de tradición.

Hay muchos lugares y cada uno tiene un aire diferente. Lo importante es saber captar el aire de cada espacio, lugar y momento.

El flamenco es uno de nuestros patrimonios culturales más apreciados. Muchos de nuestros huéspedes extranjeros nos preguntan por tablaos y locales en Zaragoza donde ver flamenco en directo. ¿No es una pena que no se explote este filón en toda España?

Por supuesto, en toda España tendrían que darle más importancia a este arte tan nuestro

En Zaragoza no hay mucha tradición flamenca pero si una pequeña pero selecta afición. El festival flamenco de Zaragoza es un éxito año tras año. ¿Ha actuado en Zaragoza?, ¿Le gustaría hacerlo?

Nunca he actuado en Zaragoza, pero me encantaría. Es una ciudad preciosa.

En este viaje a Zaragoza ha podido conocer el pueblo de sus ancestros, ¿Qué le ha parecido? ¿Esperaba algo así?

Pues me ha parecido muy conmovedor, sobre todo por mi madre, que no había podido volver a su pueblo, donde ella había nacido y pasado su infancia, desde hacía casi 40 años. Ha sido una experiencia muy terrenal, reencontrate con los recuerdos de tu madre plasmados en piedra, madera, hierro. Pisar los cimientos de una infancia es algo que se te pega a la piel y jamás se olvida.

Para mi es un regalo poder compartir todo esto con el ser que más quiero en el mundo, mi madre.

Martín el Río es un pueblo precioso y la gente es increíble. Se respira tranquilidad y sobre todo humanidad. La vida en los pueblos es algo que ya tenía olvidado y reencontrarme, aunque fuera solo por un día, ha sido un enorme regalo.

Es un curioso viaje desde las cuencas mineras turolenses a los tablaos de Granada o Almería. ¿Cómo la recibieron los paisanos de su madre?

Pues con los brazos abiertos. Todo el mundo recordaba a mis abuelos y nos contaban mil anécdotas. Sobre todo de mi yayo Domingo, que era muy gracioso. Anécdotas que mi yayo ya se había encargado de contármelas a mi de pequeñita y de recordármelas una y otra vez ya no tan pequeñita. La gente es muy generosa y nos regalaban su mejor sonrisa. A cada paso que dábamos salían de las casas para darnos la bienvenida. Esos son los auténticos regalos.

Viajando con sus compañías ha debido de pasarle de todo ¿Qué es lo más raro que le ha pasado en un hotel?

Muchas cosas… Estar duchándome y que entrara la chica de habitaciones para limpiarla y me pillara desnuda y de repente gritar las dos a la vez… je, je, je, eso fue lo más gracioso.

¿Qué objeto absurdo no puede faltar en su maleta?

Muchos. Me encanta llevar objetos absurdos. Casi siempre llevo como mínimo tres monederos diferentes en el mismo bolso de viaje. Y cada vez que viajo a un sitio tengo que traerme un monederico gracioso.

Esperamos verla en Zaragoza en alguna próxima actuación, ¿Qué proyectos tiene a corto plazo?

Este domingo viajo a Helsinki para comenzar los ensayos de un nuevo montaje: Kill Camen, con una compañía de allí: Kaari and Roni Martin. Es una compañía con la que llevo trabajando muchos años y son maravillosos. Una fusión entre artistas españoles y finlandeses brutal. Con ideas tremendamente locas y divertidas.

Y para noviembre viajo a Estados Unidos con la Fundación Casa Patas con el espectáculo Flamencos de Plomo y Cobre y tengo la suerte de contar con unos artistas maravillosos. Amigos y compañeros que me acompañan en esta aventura.

 

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